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Waldo de los Ríos
Willy Rubio
Los Waldos
Órgano Yamaha Electone
El álbum Waldo de los Ríos en Europa
El álbum Los Waldos
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Portada del álbum Los Waldos |
Waldo de los Ríos
Osvaldo Nicolás Ferraro (Buenos Aires, 7 de septiembre de 1934-Madrid, 28 de marzo de 1977), más conocido por su nombre artístico Waldo de los Ríos, fue un pianista, compositor, arreglista y director de orquesta argentino.
Waldo de los Ríos |
Ferraro nació en el seno de una familia musical: su padre —de apellido Ferraro— era músico, y su madre —Martha de los Ríos— era una famosa cantante folclórica. Estudió composición y arreglos en el Conservatorio Nacional de la Música de la capital argentina con Alberto Ginastera y Teodoro Fuchs. Con solo 14 años, consiguió el título de profesor.
Hemos llamado a este disco "La última palabra" por dos motivos. Primero: porque es el título de la zamba que ocupa la primer banda del disco y segundo: por ser esta zamba una de las primeras grabaciones que realizara Waldo de los Ríos cuando el recién comenzaba a aplicar sus ideas de abrir nuevas posibilidades a la música nativa por medio de modernos arreglos musicales, sumado a un concepto totalmente nuevo en nuestro país, en cuanto a técnica de grabación. Waldo de los Ríos fue descubierto por Columbia cuando tenía 20 años y llegó al mundo del disco en un momento en que las formas de grabar y hacer arreglos musicales eran muy superiores en el extranjero a las que se realizaban en nuestro país. Debemos agregar que en ese momento parecía haber un decaimiento en el interés del público por la música nativa. Pero Waldo tenía desde niño en su mente la idea completa que habría de llevar a cabo años más tarde. El pensaba: ¿porqué no aplicar la técnica instrumental, más la electrónica, usada por países que hacen del disco una nueva dimensión en el arte, a la música argentina? No fue fácil la realización del proyecto. Infinidad de pruebas realizó Waldo en colaboración con los técnicos de Columbia pero poco a poco fue asomando un nuevo sonido en nuestra música, un nuevo concepto del disco en nuestro país. Es así que aquellas dos grabaciones "Naranjita" y "Pasionaria" han ayudado al reconocimiento de la música nativa ganando para la misma a un público joven que nunca había mostrado interés en ella. Hoy en todo el país y el extranjero (Europa y EEUU) conocen la música folklórica de Waldo de los Ríos. Varias emisoras de nuestro país usan su música como característica, el cine nacional requirió sus servicios; la radio, el cine, conciertos, todo adquirió una nueva forma gracias a aquellos discos que fueron lanzados en 1955. Pero si ha sido Waldo quién llevó la bandera en estos últimos años, debemos pensar que fue su madre quien se la entregó a él después de llevarla por un lapso de 25 años. Dos generaciones que nosotros super sintéticamente podemos oír reunidas en dos canciones incluidas en este disco: "Prisionera de tu amor" y "Canción en la noche". Aquí a través de la alta fidelidad podemos apreciar en forma aislada los puros sonidos del piano de Waldo y la voz de su madre, Martha. Creemos que la primicia de este disco es la inclusión del joven Tomás Campos en la orquesta de Waldo quién nunca se mostró interesado en el uso de cantantes en su orquesta, pero esta vez lo usó convencido de que este nuevo valor está llamado sin duda alguna a ocupar un primer lugar en el panorama artístico internacional. Esta es, en suma, "la última palabra" en música popular argentina.Notas en la contraportada del álbum La última palabra
La procedencia europea de la música popular argentina es cosa comprobada por la musicografía. A poco que se ahonda bajo su actual apariencia coreográfica o se retrocede a lo largo de su historia, no es difícil remontarse hasta el precedente europeo -con preferencia español- que sirvió de punto de partida a la aclimatación. En rigor, conforme lo ha sostenido con documentado acierto Bartolomé Gutiérrez un notable estudioso del tema folklórico, los indias pampas, pobladores iniciales de las grandes planicies que hoy constituyen la parte más característica del actual territorio argentino, desaparecieron -empujados por la civilización- sin dejar otro rastro de su paso que el "ché" de los argentinos, y ese diseño similar a las grecas que hasta hoy suelen ostentar los ponchos que por esa denominamos aún "pampas". Aceptado pues que a despecho de su origen foráneo, nuestras danzas -y el esquema rítmico melódico que ilustran plásticamente- pueden y deben ser consideradas productos artísticos netamente americanos, podremos posar a la segunda premisa, que es la extraordinaria riqueza del acervo folklórico resultante, incluyendo en el cuadro las corrientes que llegaron asimismo del Pacifico y -sobre todo- del Altiplano, de donde vinieron por cierto algunos ingredientes esta vez de neta procedencia indígena. El actual renacimiento de esa música popular argentina de raíz folklórico, es consecuencia de muy diversos y caracterizados aportes. En distinto grado vinieron contribuyendo a él los cultores intuitivos y los primeros recopiladores; los auténticos investigadores-recopiladores de gran preparación técnica, y esa generación de intérpretes que se desprendió de la enorme expansión de las fuentes informativas. Ante la magnitud física y la siempre renovada originalidad de esa obra creadora, es preciso admitir que nuestra música puede depositar con la mayor confianza en Waldo de los Ríos sus esperanzas en un futuro mejor. Si hay alguien de quien pueda esperarse esa obra de formato ambicioso y aspiración levantada que complete en la esfera de la música culta esa transubstanciación por tanto tiempo perseguida y esperado, ese alguien es, sin duda Waldo de los Ríos. . . .El contenido de este Disco implica en cierto modo una suerte de mirada retrospectiva antes de tender las alas en el esfuerzo final por alcanzar esa cima que hasta la llegada de Waldo de los Ríos pareciera de tal modo inaccesible. Lo constituye una selección de composiciones de raíz folklórica, originales del pianista director o recopiladas por él.JUAN MANUEL PUENTE
El trait d'union de estas catorce páginas breves lo constituyen, por una parte, la alusión (en el título como en la música) a las catorce provincias argentinas que en mayor grado han contribuido tradicionalmente a la formación y conservación de nuestro acervo folklórico y, en segundo término, el parentesco que por su tratamiento musical le confieren los arreglos, realizados en todos los casos por Waldo de los Ríos, sobre la base de una parte concertante confiada al piano -el instrumento de Waldo- sostenido con riqueza impresionante por un complejo orquestal en el que a la vera de ciertos instrumentos de raíz probadamente folklórica, como la guitarra, el arpa indígena, el "porteño" bandoneón (en representación de la magra sonoridad del acordeón, sin duda), y algunos membranófonos, aparece también la cuerda completa de una orquesta sinfónico, flautas, clarinetes, trompos, corno inglés, amén del arpa cromático y una bien escogida percusión. La provincia de MISIONES está representada por "Misionera", una galopa de Fernando J. Bustamante, cuyo "color local" se logra con intervención de flauta, guitarra y una adecuada sección rítmica sosteniendo la textura armónica que subraya el discurso pianístico. "Nostalgias Santiagueñas", la difundida zamba de los hermanos Ábalos, mantiene el justo derecho de SANTIAGO DEL ESTERO 1a figurar en este Concierto de las Catorce Provincias. El arreglo -que destaca la intervención del par de flautas, guitarra eléctrica y la muy destacada del clarón- revela mayores audacias en el tratamiento de la cuerda, y también son más originales los rasgos armónicos. "Viva Jujuy!" es un bailecito popular, recogido hace años por Rafael Rossi. La orquestación imita diestramente la sonoridad del clásico charango con su agudísimo pizzicato. La provincia de SALTA es la que está a nuestro juicio más admirablemente representada desde el punto de vista musical. La baguala es una de las expresiones más curiosas y personales de nuestro cancionero, con su invariable estructura melódica a base de tres notas equivalentes a las de un acorde perfecto mayor, cuyo monótono desplazamiento subraya consistentemente la caja "chayero". Esta peculiar variante de la vidala es la que suministró a Waldo de los Ríos el riquísimo material empleado en esta secuencia, integrada por cuatro bagualas cuyo respectivo tema es sucesivamente tratado por la cuerda divisi, la madera, el piccolo, y finalmente el piano. "A San Juan" es una canción cuyana de Hilda Rufino ("La Cuyanita"). El intérprete ha innovado el esquema agregando una introducción rítmica de cierta extensión; el tema es presentado luego en el peculiar timbre del corno inglés, y vale la pena saborear el originalísimo efecto de la progresión descendente que complementa la textura, y en la que interviene otro característico instrumento: el glockenspiel."San Luis 1960" es una muy reciente composición de Waldo de los Ríos. Es un gato tratado con máxima ortodoxia y prominente intervención del piano solista y la cuerda acompañante. "Mi Rosa y Mendoza" es una tonada mendocina compuesta asimismo por el intérprete-director-arreglador. También en este caso tiende a la sencillez la disposición del esquema instrumental, confiado con preferencia a la cuerda. Mas no debe pasarse por alto al oír esta banda el curioso -e increíble- efecto de cascabeles logrado por el orquestador con meros armónicos de los violines. Un chamamé asume con incontrovertible lógica la representación de la provincia de CORRIENTES: "¡Ah, mi Corrientes porá!" de Eladio Martínez. Obsérvese cómo la guitarra introduce el ritmo, mientras el bandoneón -eficaz sustituto del acordeón- se hace cargo del tema. También el arpa indígena cumple aquí destacada labor. "Noches de Catamarca" es, como "Nostalgias Santiagueñas" y "Bajo los cielos de Tucumán", otro "clásico" del folklore.
En esta zamba, Waldo recurre de nuevo con depurado gusto y máxima oportunidad a la cuerda divisi; bombo y guitarra subrayan el ritmo con castizo efecto, y la trompa se encarga inesperadamente del tema con evocadora sensación de poética lejanía. La "Jota Cordobesa" es una página popular -recogida por Marcos López- cuyo título revela sin el menor disimulo la hispana procedencia. El par de trompas y el grupo del ritmo se hacen notar en la introducción, en tanto que el tema es confiado con adorable buen humor al par de clarinetes, en tanto que la recapitulación final es a toda orquesta. El conjunto abunda por cierto en audacias armónicas. Sigue una nueva zamba, de Marta de los Ríos ahora, "Bajo los cielos de Tucumán". También aquí resulta muy atractiva la disposición instrumental. Una vez ejecutada por el piano la breve introducción, el mismo solista presenta el tema con las trompas en el más genuino estilo popular. Un laúd se hace escuchar con picante efecto en la introducción a la segunda parte, donde el orquestador alude ingeniosamente en la textura al tema de una de sus más inspiradas composiciones: La tristeza y el mar ."Lagartija Riojana" es una cueca -de Waldo de los Ríos, también- ingeniosamente tratada a modo de "tema con variaciones". El piano, que desempeñó importante rol en toda la primera parte, se hace notar también en el "moto perpetuo" que es el rasgo más prominente de la segunda. A una cuarta zamba le es atribuido en seguida la tácita representación musical de la provincia aludida en el título: "Rosario de Santa Fe", de Agustín Irusta. Distingue a la introducción -cuyo instrumentario incluye también el vibráfono- una llamativa indecisión tonal. Luego será la flauta el instrumento utilizado con el más sorprendente efecto en la zona más grave de su tesitura y sobre un característico pizzicato, en tanto que el ritmo de zamba irrumpirá en el momento menos esperado con gran alivio de la tensión general. Esta banda contiene, sin duda, algunas de las pruebas más convincentes del maduro talento de orquestador de Waldo de los Ríos, que tanto abundan en las catorce bandas de este memorable "Concierto de las Catorce Provincias", que cierra con brillante y saludable efecto la polka de Waldo titulada "Entrerriana", que constituye otra grata evocación de substancioso -e indefinible- sabor local.JUAN MANUEL PUENTE
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Willy Rubio
Formamos un grupo en 1956 y ganamos un concurso en Radio LT10 de Paraná, la capital de la provincia de Entre Ríos, vecina a Santa Fe. Éramos Los American Swing`s. Suena rimbombante, ¿verdad? La estrella en ese momento era Bill Halley con el Rock around the clock. Era la época dorada del rock, con Presley, Halley y alguno local. Nosotros hacíamos El Rock de la cárcel, mi tema favorito de ElvisWilly Rubio en una entrevista
El ambiente musical en esos años en Buenos Aires era verdaderamente apasionante. Había orquestas en todos lados, confiterías bailables por la tarde y cabaret por la noche. No faltaba trabajo. Por aquella época, Coccinelle me quiso traer a Europa de pianista, pero no acepté. Ella había rodado en Argentina Los viciosos y se presentaba en Tabarís, el cabaret más importante de la ciudad. Allí conoció a quién fuera su pareja un tiempo, al bailarín Mario Heims, con el que yo había trabajado. Total, me invitaron a cenar un par de veces y ahí quedó la cosa. Luego, Mario se fue a París con ella.Willy Rubio en una entrevista
No vivía mal en la capital, pero nunca me gustó el carácter porteño, la prepotencia, el desprecio hacia la provincia, la competencia salvaje, se creen el centro del mundo. Eso hizo que decidiera venir a Europa. Un amigo de los muchos que hice allí se había instalado en España y me convenció de que me marchara. Volar era de ricos entonces. Vendí el acordeón, el saxofón, que también llegué a tocar… mal, y otras cosas que no recuerdo. En el mes de septiembre de 1963 me trajo a estas tierras el Salta, un barco de guerra americano, acondicionado para pasaje bastante lamentable. Tanto, que en la travesía siguiente los pasajeros hicieron una huelga de hambre.Willy Rubio en una entrevista
Era un día con lluvia fina, todo era gris, la gente usaba abrigos largos y oscuros, arrastraban los pies al andar lentamente, predominaba el calzado Segarra, todo era muy triste. En mi retina estaban los días de Río de Janeiro con mulatas por Copacabana, todo tan colorido y lleno de gente. La vida aquí no era ni mucho menos fácil. Los músicos de la época se reunían en un bar de los soportales de la Plaza Mayor a la espera de algún trabajo, siempre vigilados por los polis de turno. Para que éstos no nos entendieran, practicábamos un lenguaje al que llamaban ”yoegue″ y que consistía en invertir las sílabas añadiendo un “s” a la primera. Por ejemplo Mi Jaca se cantaría más o menos así: “Mi casja, lasgopa y torsca el timsvo dunsco saspa por tuerspo masquinito de resjes …”. No tenía dinero para regresar. De haberlo tenido, seguramente me habría vuelto a Río”.Willy Rubio en una entrevista
Los Waldos
Los Waldos fueron un grupo folclórico argentino con sede en España, formado por Waldo de los Ríos. En 1964 se inspiró en una ecléctica gama de música y formó un grupo musical llamado "The Waldos" que cruzó la música folk con sonidos electrónicos. Este el motivo de incluirlos en la historia de la música electrónica popular. Tocaron canciones folclóricas de Argentina con instrumentos modernos, como guitarras eléctricas, bajo eléctrico, batería, piano y sintetizadores, a veces acompañados por una orquesta. Comenzaron a mediados de los años sesenta y lanzaron varios álbumes en España. La banda estaba compuesta por cinco miembros:
Waldo de los Ríos (arreglista, piano)
César Gentili (teclados: órgano electrónico Yamaha Electone)
Roque (Willy) Rubio (guitarras, se encargaba del vibráfono y de reproducir cintas con un grabador)
Roberto (Cacho) Stella (batería)
Alberto (Tommy) Carbia (bajo)
Los Waldos |
Se disolvieron a finales de los años sesenta cuando Waldo comenzó su carrera en solitario.
Cesar Gentili, nada más llegar a Madrid en 1964, acudió una noche a la actuación de un compatriota que por entonces gozaba de mucha popularidad en España, Alberto Cortez.
Actuábamos en una sala de Madrid, llamada Fundadores porque estaba en la calle del mismo nombre, cuando aparecieron por separado Waldo de los Ríos con Tommy Carbia y César Gentili. Los presenté y allí empezó todo…Willy Rubio en una entrevista
Pocas semanas después nació el quinteto Los Waldos, del que también formaba parte el batería Cacho Stella, que durante años sería el grupo que acompañaría a De los Ríos en sus grabaciones en el sello Hispavox con los artistas de la época, como Cortez, Karina, Gema o Los HH. Entre los cinco se estableció una estrecha amistad. Pasaban el día juntos, grabando en el estudio, ensayando hasta la madrugada en el piso de Stella o de Waldo o actuando en el mítico Hotel Pez Espada, de Torremolinos donde compartieron, además, escenario con una jovencísima Rocío Jurado.
Acompañamos a casi todas las estrellas de Hispavox, desde Raphael a Karina, Los HH, el propio Cortez, muchos. El de Hispavox era el estudio de grabación sonora más grande de España y uno de los mayores de Europa. Rafael Trabucchelli acababa de coger el mando cedido por Enrique Martía Garea, que se había marchado a Columbia. En el 66 actuamos, bajo la dirección de Waldo, en el primer recital, luego lo llamaron concierto, de un cantante popular en el Teatro de la Zarzuela. Después, vinieron muchos pero el primero fue Raphael. Apenas acabado el recital, comenzamos una gira con ‘El Niño’ por España y Portugal.Willy Rubio en una entrevista
Órgano Yamaha Electone
Órgano Yamaha Electone D-1 |
El álbum Waldo de los Ríos en Europa
Durante varias semanas, Tommy Carbia, César Gentili, Cacho Stella, Willy y Waldo, viajaron, hicieron turismo, se divirtieron y grabaron un disco con versiones de los éxitos del momento.
Yo tocaba el vibráfono, la celesta, percusión y me encargaba efectos especiales. Habiendo dos pianistas, como Waldo y César Gentili, no osaba acercarme demasiado al electone ni a los teclados. Waldo y César se tenían muchos celos. La relación ente ellos echaba chispas pero en general éramos eso, un grupo de buenos amigos. ¿Mi tema favorito de Los Waldos? Todos. Estaba enamorado de toda la producción. Zamba en Nueva York es preciosa y algunos de los temas que grabamos en Buenos Aires que salieron allí pero no en España. Como Bach en chacarera o Fuera de ritmoWilly Rubio en una entrevista
En 1965 se publica el álbum Waldo de los Ríos en Europa con HISPAVOX Music nº de catálogo Hall 12653. Se cita a Los Waldos en la contraportada.
Portada y contraportada del álbum Waldo de los Ríos en Europa |
Listado de canciones:
- El Hacha y el Quebracho (Aire de Chacarera) (Waldo de los Ríos) (3:05)
- Zamba en Nueva York (Zamba) (Waldo de los Ríos) (2:41)
- Tero Tero (Aire de chacarera) (Waldo de los Ríos) (2:22)
- El Algarrobo que Hablaba con los Pájaros (Fantasía) (Waldo de los Ríos) (5:39)
- Metamorfosis folklórica sobre una invención a dos voces
- (Johan Sebastian Bach / Arr.: Waldo de los Ríos) (3:05)
- Así Nació el Carnaval (Aire de chaya) (Waldo de los Ríos) (3:11)
- De donde vienen las Guitarras (Zamba) (Waldo de los Ríos) (2:32)
- Fuera de Ritmo (Chacarera en 10x8) (Waldo de los Ríos) (3:20)
- El Ultimo de los Matacos (Fantasía) (Waldo de los Ríos) (3:16)
- Teluria (Zamba) (Waldo de los Ríos) (2:08)
Enlaces de YouTube al álbum completo: Waldo De Los Ríos en Europa - YouTube
Aquí tenemos una innovación instrumental trascendente para la época. Grabaron un disco en 1965 absolutamente vanguardista hasta hoy, cincuenta cinco años después. Se puede apreciar la osadía creativa de Waldo en la introducción de un sonido eléctrico con el órgano Electone. Corría 1965, nada menos… El año que Los Beatles grabaron “Help”. Y algo verdaderamente nuevo fue la selección de obras, donde la más popular fue sin dudas “Tero Tero”, un aire de chacarera donde el lev motiv es el canto mismo del ave. A propósito del “aire de chacarera” bueno es aclarar que se denominó de esta manera a la clasificación de formas de ejecutar un determinado ritmo, en este caso la chacarera, pero sin respetar la métrica original de su coreografía. En esto Waldo gestó transgresiones imperdonables que también hay que anotar como causales de la condena: hizo añicos la forma tradicional de los ritmos del folclore argentino para ir a una forma novedosa donde la cantidad de compases en un tema podía ser ilimitada. Así es que se empezó a definir como “aire de” a temas que tenían ritmo de zamba, chacarera y otros, y que no respetaban las formas coreográficas tradicionales. En la obra del Quinteto Los Waldos hay músicas como “Zamba en New York”, “Fuera de ritmo” (un aire de chacarera en 10 X 8), “Así nació el carnaval” y otras.
Algunas del las canciones se incluirán en el álbum Folklore Dinámico de 1967 que es el que se dará calificación.
El álbum Los Waldos
En 1966 se publica el álbum homónimo Los Waldos con Hispavox nº catálogo HH 11-97. Es el único álbum acreditado a Los Waldos directamente. Cada cara contiene un popurrí de canciones populares probablemente las que solían tocar en sus actuaciones.
Contraportada del álbum |
CARA A: Popurrí 1ª parte
Mi calificación:
Vuestra calificación: -
Comentario sobre la calificación:
Dado que es un popurrí no se puede hacer una calificación individual de las canciones. Al álbum se le da una calificación media porque no son temas originales y porque no son temas completos. A destacar, al tener dos teclistas, órgano y piano se da un toque electrónico a las canciones y por eso lo incluido en mi blog.
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